Una veintena de MENAs viven a todo tren en un chalet con piscina ubicado en una urbanización de lujo en Mallorca
Una veintena de menores migrantes vive a cuerpo de rey en una urbanización de Esporles
En una urbanización de lujo en Mallorca, específicamente en Ses Rotgetes, se encuentra un chalet donde residen alrededor de veinte menores extranjeros no acompañados (MENAs). Estos adolescentes, que gozan de comodidades y lujos inusuales para su situación, han suscitado una creciente preocupación entre los habitantes de esta pequeña comunidad de mil personas, según informa OK Diario. A menudo se les observa vistiendo ropa de marca y disfrutando de tecnología de última generación, mientras que la música de fondo y el bullicio en árabe se convierten en parte del paisaje sonoro cotidiano de la zona.
Los residentes de Ses Rotgetes han comenzado a expresar su descontento con el comportamiento de estos jóvenes, quienes han estado involucrados en incidentes que alteran la paz del vecindario, especialmente durante la noche. Este desasosiego ha alcanzado un punto tal que muchos vecinos evitan hacer declaraciones públicas por miedo a represalias. Además, se denuncia que en ocasiones los menores se encuentran sin la supervisión adecuada de cuidadores, lo que agrava aún más la situación.
La cuestión de la financiación para estos centros de acogida también está en el centro del debate. Los vecinos cuestionan la asignación de 7.200 euros mensuales por cada menor, un gasto significativo que está siendo gestionado por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS). En los últimos años, el número de centros de acogida ha aumentado drásticamente, pasando de cinco a doce, lo que ha llevado a la sobrecarga de los recursos disponibles y ha provocado que los centros operen al 150% de su capacidad, según el presidente del IMAS, Llorenç Galmés.
La situación se complica aún más por el traslado de estos MENAs desde Formentera, donde llegaron ilegalmente en patera, a Mallorca debido a la falta de espacio y atención. El Ayuntamiento de Esporles ha dado un ultimátum al Consell de Formentera para que cese la actividad del centro de menores en la zona. En caso de no cumplir, se tomarían medidas drásticas para desalojar a estos adolescentes, un paso que los vecinos consideran necesario para recuperar la tranquilidad en su comunidad. Si no se produce el desalojo, se contempla la posibilidad de que la Asociación de Vecinos busque apoyo legal para llevar el caso a la justicia, planteando así un conflicto que podría tener implicaciones significativas para la convivencia en esta idílica localidad balear.
