Nueve estados de los Estados Unidos no tienen impuesto sobre la renta
Casi la mitad de los ingresos generados por el impuesto sobre la renta de las personas físicas en el año fiscal 2024 se destinaron al pago de intereses de la deuda nacional, según datos recientes del Departamento del Tesoro.
De acuerdo con el Informe Mensual del Tesoro, el gobierno federal ha registrado el tercer déficit presupuestario más elevado en la historia del país, superando los 1.83 billones de dólares en el año fiscal 2024, lo que representa un incremento del 8% en comparación con el año anterior.
Durante este periodo, el gobierno estadounidense tomó prestados alrededor de 5,000 millones de dólares diarios de promedio. Los gastos más significativos se destinaron a la Seguridad Social, con 1.461 billones de dólares, seguidos de la atención médica (912,000 millones), Medicare (874,000 millones), la defensa nacional (874,000 millones) y la seguridad de ingresos (671,000 millones).
Los pagos brutos por intereses, que incluyen tanto la deuda pública como los pagos intragubernamentales, se convirtieron en la segunda partida más alta del presupuesto, totalizando 1.133 billones de dólares. Esta cantidad está ligeramente por debajo de la proyección fiscal del Tesoro para todo el año, que era de aproximadamente 1.157 billones de dólares. Por su parte, los costos netos por intereses, después de restar los ingresos generados por estos, ascendieron a 882,000 millones de dólares.
A medida que la deuda nacional sigue creciendo y las tasas de interés permanecen altas, los pagos de intereses están absorbiendo una parte considerable de los ingresos federales y del PIB. Los ingresos fiscales alcanzaron un récord de 4.918 billones de dólares en el año fiscal 2024, mientras que la economía de EE. UU. superó los 29 billones de dólares en el segundo trimestre.
En este contexto, los pagos de intereses representaron aproximadamente el 25% de todos los ingresos federales y el 47% de la recaudación total del impuesto sobre la renta de las personas físicas, que se situó en 2.426 billones de dólares. Esto implica que cada estadounidense debe alrededor de 3,400 dólares en concepto de intereses, y cada contribuyente enfrenta un total de aproximadamente 6,800 dólares.
En el último año, diversas organizaciones han alertado sobre el incremento de los pagos de intereses, que podrían seguir ocupando una proporción cada vez mayor de los ingresos federales.
Perspectivas sobre los pagos de intereses en EE. UU.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) prevé que los gastos netos por intereses consumirán cerca del 20% de los ingresos durante la próxima década. Este organismo estima que los pagos anuales de intereses netos superarán el billón de dólares, alcanzando hasta 1.71 billones. A largo plazo, se estima que los costos netos por intereses se acumulen en 13 billones de dólares.
Estas proyecciones son similares al presupuesto propuesto por la Casa Blanca para el año fiscal 2025. Investigadores de la Fundación Peter G. Peterson han advertido que los costos netos por intereses, en relación con el tamaño de la economía de EE. UU., continuarán aumentando en la próxima década. Los datos del Tesoro indican que estos costos netos equivalen actualmente al 3.06% de la economía nacional, la mayor proporción desde 1995, y se espera que alcance el 4% en 2034, superando el récord histórico del 3.2% de 1991.
Los costos brutos de los intereses ya representan cerca del 4% del PIB estadounidense, lo que genera un “círculo vicioso de préstamos, intereses y mayor deuda”, según la Fundación Peter G. Peterson. Este aumento en las tasas de interés y la deuda nacional podría limitar las inversiones públicas en áreas cruciales como infraestructura y educación.
La deuda nacional alcanzó recientemente los 35 billones de dólares, y el gobierno federal ya se acerca a los 36 billones. Desde el 26 de julio, Washington ha tomado prestados casi 770,000 millones de dólares. Se prevé que la deuda pública supere los 45 billones en 2034, y que los déficits anuales de un billón de dólares se conviertan en una norma.
David Rosenberg, presidente de Rosenberg Research & Associates, ha señalado que el reciente comportamiento del mercado de bonos sugiere que hemos alcanzado un “punto de ruptura” en la cuestión de la deuda. A pesar de que la Reserva Federal ha recortado las tasas de interés, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense han aumentado, alcanzando un 4.17% en octubre.
En 2023, Fitch Ratings y Moody’s revisaron a la baja la perspectiva de la calificación crediticia de EE. UU. citando déficits fiscales significativos y una disminución en la capacidad de gestionar la deuda. A pesar de la relevancia de la deuda nacional, los candidatos a la presidencia para 2024 no han hecho de este tema una prioridad en sus campañas.
Sin embargo, encuestas recientes indican que los votantes están preocupados por la deuda y el déficit. Una encuesta de la Fundación Peter G. Peterson reveló que el 90% de los votantes en estados indecisos desean que los candidatos presenten un plan para abordar la deuda nacional. Michael A. Peterson, director general de la fundación, subrayó que la deuda nacional es un tema crucial para estos votantes, que vinculan las perspectivas fiscales de EE. UU. con importantes prioridades económicas como la reducción de la inflación y la protección de programas como Medicare y la Seguridad Social.
Nueve estados de los Estados Unidos sin impuesto sobre la renta: un atractivo para residentes y negocios
En Estados Unidos, hay siete estados (en realidad son nueve) que no imponen un impuesto sobre la renta, lo que los convierte en destinos atractivos para quienes buscan reducir su carga fiscal. Estos estados son Alaska, Florida, Nevada, South Dakota, Texas, Washington y Wyoming. Además, en New Hampshire y Tennessee el income tax solo aplica a los dividendos y a los ingresos generados por intereses financieros, por lo que se puede decir que en realidad son nueve los estados que no cobran impuesto sobre la renta.
La ausencia de este tipo de impuesto puede incentivar a los residentes a gastar más y fomentar la inversión en negocios locales, lo que, a su vez, puede impulsar el crecimiento económico. A medida que la movilidad de la fuerza laboral aumenta y las personas buscan maximizar sus ingresos, muchos consideran mudarse a estos estados sin impuesto sobre la renta. Florida y Texas, en particular, han experimentado un crecimiento poblacional significativo en los últimos años, atrayendo a profesionales y familias en busca de un costo de vida más bajo y un entorno fiscal más favorable.