Una noche de caza de la banda de los Trinitarios y su cantera de menores con machete que siembran el terror en Madrid
Lo de las bandas latinas en Madrid es terrible Un grupo de trinitarios quedaron para salir de caza una noche por Madrid. En el argot de estas bandas juveniles violentas de origen latino se citaron para hacer “una caída”. Se trata de sorprender a miembros de facciones rivales para matarlos o darles una paliza. Catorce individuos avanzaban por la calle Juan de Mariana con ese objetivo cuando se toparon con tres personas sobre las que se abalanzaron con machetes y otras armas blancas. A uno le desfiguraron la cara y a otro le dejaron la mano prácticamente inútil tras hacer el gesto de protegerse la cabeza. Entre los trinitarios había seis menores de edad, para los que ahora la Fiscalía pide penas de entre cinco y ocho años de internamiento en un centro por intento de homicidio.
El medio digital El Confidencial ha tenido acceso a la documentación del caso y a imágenes del estado en el que quedaron sus víctimas y las heridas que les causaron. A una de ellos, de 18 años en el momento de los hechos, le diagnosticaron “mano catastrófica”. “Las lesiones, por sus características y el tratamiento realizado, ocasionaron riesgo vital”. Las cicatrices que le dejaron son de 13 y 21 centímetros entre la mano y el antebrazo. Su amigo, de 17 años, no corrió mejor suerte. Le asestaron un navajazo en la cara que requirió intervención quirúrgica con anestesia general. También hubo riesgo vital. Le quedó una cicatriz de 10 centímetros y dificultades para cerrar uno de los ojos.
El más joven de los menores acusados tiene apenas 15 años y los más mayores, 17. Desde el punto de vista individual, participar en una de estas emboscadas nocturnas otorga reconocimiento interno, una muestra de compromiso y valentía. A nivel grupal, las bandas buscan respeto y dejar claro quién manda en un territorio. Una vez se conquista un barrio, una calle o un parque, ya se puede monetizar con la venta de drogas sin oposición, una de sus principales vías de financiación. A pesar de su edad, varios de los menores que protagonizaron una carnicería ese día en la capital ya eran “soldados” de los Trinitarios y habían superado la fase de “probatorias”, el nivel más bajo de la banda.
Si atendemos a los códigos estas organizaciones, se entiende que ya habían tenido antes su bautismo de fuego. Solo el más joven, el de 15 años, acumula 17 identificaciones y dos detenciones. La primera fue cuando tenía 13 años y la Policía le sorprendió por la calle con un machete de 19 centímetros. Las dos detenciones fueron por una reyerta en Carabanchel y por malos tratos a su madre y a su hermana.
Para más información, Fuente: EL CONFIDENCIAL