Un senegalés cobra más de 55.000 euros en ayudas sociales españolas a pesar de que no vive en España y reside en Senegal
Ya no hay ni que vivir en España para cobrar ayudas sociales. Si eres extranjero, claro. Eso es lo que ha ocurrido en Bilbao con un ciudadano senegalés que ni la ha pisado, pero que eso no le ha impedido embolsarse unos 55.000 euros en ayudas sociales. El acusado engañaba haciendo uso de una persona de su misma nacionalidad que se parecía a él para simular su presencia en Bilbao.
Todo comenzó cuando la UCRIF (Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales ) de la Policía Nacional de Bilbao empezó una investigación tras detectar a un inmigrante senegalés ocupando un empleo en Basauri, localidad limítrofe con la capital vizcaína, con un contrato que no le pertenecía. Una irregularidad en toda regla, vamos.
Agentes de la Policía Nacional comprobaron que el trabajador no era el contratado. Utilizaba un cierto parecido físico para aprovecharse del empleo y beneficiarse de las ayudas que el verdadero contratado había solicitado cuando se encontraba en España, sin poseer la documentación necesaria para ello, aunque eso no impidió que la Administración le concediera esas ayudas que son tan difíciles de conseguir para la mayoría de los españoles.
El senegalés acusado en cuestión salió de España en noviembre de 2021 y consiguió que un conocido se hiciera pasar por él para trabajar en una empresa española. A cambio, él obtuvo 55.837 euros en concepto de ayudas sociales, entre las que se encuentran el Ingreso Mínimo Vital (9.658 euros) y la Renta de Garantía de Ingresos del País Vasco (46.179 euros). Curioso que no solo le concedieran la RGI, sino que encima tuviera el placer de gozar del IMV que prácticamente ni un sólo español necesitado ha visto.
Así pues, con toda la información recopilada por parte de los investigadores de la UCRIF y con la colaboración de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Vizcaya, se llevó a cabo una inspección a la empresa en el mes de octubre en la que se pudo constatar que el ciudadano de origen senegalés que se encontraba trabajando en Basauri no era el verdadero titular del contrato, sino que se encontraba en Senegal tal y como localizó Interpol. Suponemos que no le habrán quitado el sueño y que, aunque se le haya acabado el chollo, esta noche dormirá tan tranquilo sabiendo que no le va a pasar nada y que no vamos a recuperar ni un solo euro de los más de 55.000 euros que ha estafado. Es triste decirlo, pero es así.
