Lula sigue chantajeando a los pobres para que se vacunen |

Lula sigue chantajeando a los pobres para que se vacunen

Lula ha condicionado el programa social para las familias más pobres, Bolsa Familia, a que vacunen a sus hijos menores de edad. De lo contrario las familias perderán sus prestaciones sociales. Las prestaciones de Bolsa Familia están condicionadas a la salud y la educación. Los beneficiarios con hijos menores de 7 años deben asegurarse de que sus hijos reciban las once vacunas obligatorias que figuran en el calendario brasileño. La vacuna contra el “covid” está incluida en dicho calendario. Lula insistió en que las vacunas contra el “covid” son una condición para permanecer en Bolsa Familia. O los pobres inyectan las vacunas a sus hijos o se mueren de hambre.

Bolsa Familia se puso en marcha durante la primera presidencia de Lula (2002-2006), mediante la fusión de los anteriores programas sociales existentes. A Lula se le atribuye haber sacado de la pobreza a unos 20 millones de brasileños mediante este tipo de paliativos y reformas sociales. Ya en el primer programa Bolsa Familia, la escolarización obligatoria de los niños y la vacunación eran criterios para acceder a él. Sin embargo, en aquella época, no existían en el mercado las nuevas vacunas de ARNm.

Durante su presidencia, Bolsonaro transformó Bolsa Familia en Auxilio Brasil, incluyendo un ajuste permanente al alza del 20 por cien por el alza del costo de vida, en comparación con la cantidad pagada por Bolsa Família. También eliminó la condicionalidad de la vacunación.

Durante la pandemia, gran parte de la población brasileña se benefició de Auxilio Brasil. Más de la mitad de la población se pudo acoger al programa, que se convirtió en un instrumento para paliar la pobreza, uno de los más eficaces de América Latina, superando incluso al hasta entonces más aplaudido programa de prestaciones sociales mexicano, que sólo llega a una cuarta parte de las familias.

Con el regreso de Lula, se reactivó su programa Bolsa Familia. Esta vez, con condiciones aún más estrictas.

La postura de Lula sobre la vacunación contra el “covid” de los niños puede estar relacionada con la declaración del 9 de febrero de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, que añade este tipo de vacunas a sus programas recomendados para niños y adolescentes.

Es preocupante que ahora los niños puedan ser sometidos a estas recomendaciones que fácilmente podrían convertirse en mandatos de vacunación contra el “covid” en las escuelas a escala internacional, a pesar de los riesgos asociados con esas inyecciones.

Las imposiciones se ponen en funcinamiento a pesar de que Pfizer y otras empresas farmacéuticas han reconocido que la vacuna no previene la propagación.

Como dijo el FMI durante su anterior mandato, Lula es un “buen alumno”, un excelente ejemplo para el resto de América Latina.

Fuente: mpr21

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