Suciedad y peligrosidad en Santander
Escrito por Miguel de Cervera
Suciedad y peligrosidad en Santander
El nivel de peligrosidad y suciedad en Santander es indescriptible
El nivel de suciedad y abandono de algunos rincones de la ciudad de Santander es indescriptible. Porque estamos hablando de un problema de suciedad en Santander muy grande, pero que en gran parte se concentra en las zonas de marcha, pues esos sacrificados vecinos deben pagar por la diversión de todos los demás.
Dos rincones como muestra del asqueroso nivel de suciedad y peligrosidad de Santander
¿Conocéis el precioso mural famoso de Brown que ilustra el Santander del siglo XVI, en una fachada de la calle de Santa Lucía? Pues justo se encuentra entre dos de los principales focos de problemas asociados a la marcha nocturna, aunque hay más calles perjudicadas y muchos vecinos silenciados de los que el Ayuntamiento no quiere saber nada. Sólo deben ser importantes a la hora de que paguen el IBI y otras cargas municipales, pero no reciben ninguna satisfacción de ningún tipo para sus justificadas quejas.
Estamos hablando del callejón de la calle Moctezuma, por ejemplo, que sube directamente del corazón de Cañadío para ir a morir a uno de los rincones más sucios y asquerosos de toda la ciudad. Un pequeño callejón en el que sólo hay un portal, el cual se convierte en blanco frecuente de cualquier cosa que se le pueda ocurrir al drogadicto o borracho de turno. Es la historia de todos los fines de semana, en realidad, y también de muchos otros días. La gente que está pasada de todo se concentra allí y deciden, a menudo, utilizar ese portal como si fuera un fumadero de crack.
Cuando les echas del portal tienes que incurrir en riesgos, ya que la Policía no tiene personal
Cuando los vecinos llaman a la Policía Local de Santander, sin embargo, la respuesta suele ser la misma siempre: ya iremos cuando podamos, o sea, nunca. Entre otras razones, porque no tienen personal. Y en una de esas últimas ocasiones, uno de los vecinos, cansado del cachondeo, tuvo que bajar él mismo a echar por la fuerza a los simpáticos chavales que estaban fumando porros y ahumando toda la escalera. Gente amable que se resistía a salir del portal y se fueron despotricando en su lengua originaria.
También comentábamos hace no tanto el caso de una chica que vive a mitad de la calle Río de la Pila. Uno de los rincones más incómodos para vivir de Santander, pero la postura de los alcaldes de turno siempre es la misma: te ha tocado y te ha tocado. Y eso que muchos de estos vecinos vivían ya en la zona antes de que se abriera el primer bar.
Deberían ser zonas de prioridad para la Policía Local de Santander
Y para los servicios de limpieza. Pero es que falta un tercio de personal necesario en la Policíoa Local de Santander.
Nadie discute que tiene que haber zonas de diversión en cualquier ciudad. Lo que sí sería de recibo es que la Policía Local tuviera entre sus prioridades el revisar estas zonas para asegurarse de que los vecinos no son molestados. Es muy fácil poner multas a la gente que está drogándose o bebiendo en la calle, pero el problema es que luego se meten en los portales a hacer esas mismas cosas y no pasa nada. Ahí no van los señores policías.
Porque para estas cosas no vienen nunca, hay que reconocerlo, y todos sabemos que la única cosa que se puede hacer para evitar todo esto es sancionar.
Se podría plantear que los vecinos de estas zonas no paguen impuestos de basuras
También se podría plantear de una puñetera vez que los vecinos de estas zonas no paguen impuestos como el de basuras, ya que tienen la basura permanentemente instalada en su portal. Y estamos hablando también de un nivel de peligrosidad de esta gente muy elevado, pues, así como están bebidos y drogados pueden agredir a los vecinos. Y esto ya es el remate final.
Hace no tanto, para sorpresa total del vecindario, una pareja fue sorprendida en pleno acto sexual en este callejón de la calle Moctezuma de Santander. Cuando quiso venir la policía, ya habían terminado, pero es que esto no es lo más grave que puede suceder un día o noche cualquiera. Y es que te paseas por allí a ciertas horas y parece que han abierto las puertas de la cárcel.
Cualquier día se producirá a un hecho muy grave y luego encima vendrá a la alcaldesa a hacerse la progre. Que es lo que le gusta a ella. Porque el Ayuntamiento sólo está para cobrar y luego para ver cómo la ciudad se llena de basura.
Para muchos vecinos es un infierno el fin de semana en Santander
A la señora alcaldesa le gusta mucho hacer el minuto de silencio cada vez que matan a alguien determinado en algún punto de España, pero no tanto preocuparse por estas cosas que no dan tanto lustre, a lo mejor, siendo un ámbito de su competencia total. O más bien de su incompetencia, lo que hago extensivo a los concejales y demás autoridades involucradas, porque aquí parece que a nadie le importa que los fines de semana sean un infierno para muchísimos vecinos de Santander. Y sólo hemos hablado de dos zonas concretas, pero se echa de menos un plan muy completo en el que se establezca estas zonas como prioridad para la Policía y la limpieza. Eso para empezar. Y que no tengan que ser los que aguanten todo y luego encima sean dejados para el final.
Las plazas de Policía Local de Santander no se están cubriendo
Ya sabemos que vivimos en una ciudad que se tiene que acostumbrar al elevado nivel de mugre al que parece que estamos condenados, de nuevo por la incompetencia de las autoridades municipales, pero creo que los vecinos deberíamos organizarnos y responder a este Ayuntamiento como se merece. No puede ser que nos estén echando un pulso constantemente y nosotros no hagamos nada. Y es que, entre otras cuestiones, porque tiene mucho que ver con lo que estamos diciendo aquí, las plazas de Policía Local de Santander vacantes no se están cubriendo y luego no hay personal.
A las dos de la tarde con machetes y barras de hierro
Vamos a hacer aquí un pequeño resumen de los testimonios de las personas que aguantan semejantes espectáculos nocturnos y diurnos. Porque no es sólo por la noche de los fines de semana, como nos cuenta Manuel, vecino de la calle Moctezuma y precisamente del callejón más peligroso e insalubre.
El otro día, a las dos de la tarde, se estaban persiguiendo con machetes y barras de hierro. Y en la noche de Nochebuena entraron conmigo un grupo de chavales en el portal que no me dejaban pasar y que luego me persiguieron por las escaleras.
¡Qué divertidas aventuras las que se pierden la alcaldesa y sus concejales por no estar viviendo con los pobres!
La desgracia de vivir en un barrio peligroso de Santander
Pero no nos olvidamos tampoco del testimonio surrealista de María José, vecina del Río de la Pila que ha sufrido como pocos esta desgracia de vivir en un barrio peligroso de Santander.
Lo más increíble es que se dedican a trepar por los balcones cuando ya están muy borrachos y se pueden presentar en tu casa. Aquí hemos tenido que sufrir todo tipo de desperfectos en el portal, vomitonas y condones tirados entre otras lindezas de la gente que sale de marcha. Parece normal que tengamos que aguantar la fiesta y además pagar las consecuencias, porque encima de todo es que no dormimos bien y ni siquiera nos sentimos seguros en nuestras casas.
Responsabilidad política que no se cumple
Nosotros no le queremos poner más deberes a la policía, pero tampoco queremos pagar justos por pecadores. Y esto es una responsabilidad política, ante todo, porque el Ayuntamiento no se puede limitar a cobrar de las licencias y de los Ibis y luego no hacer nada cuando el problema les estalla a los vecinos.
Además de vigilar en la plaza de Cañadío, que está muy bien, otra cosa que podía hacer la policía local de Santander era darse un paseo por estas zonas y poner sanciones a la gente que se cuela en los portales y que hace el bárbaro con los telefonillos y las fachadas de los demás.
Hasta que no pase algo grave no van a cambiar las cosas
Desde este medio queremos hacer responsables a las autoridades correspondientes de cualquier problema grave que termine sucediendo, como dijo hace poco un policía nacional a uno de estos vecinos: hasta que no pase algo grave no van a cambiar las cosas.
Miguel de Cervera