¿Puede un imán chino inutilizar al avión militar más avanzado del mundo?
A principios de septiembre, el Pentágono suspendió la entrega de aviones de combate F-35, tras descubrirse que una de sus piezas había sido fabricada con materia prima procedente de China.
La empresa Lockheed Martin, quien se encarga de la fabricación del avión, reveló que un imán utilizado en las bombas de la turbomáquina, se fabricó con una aleación de cobalto y samario producida en China.
Si bien el componente no dañaría la integridad de la aeronave y no tiene capacidad para transmitir información alguna, el Ministerio de Defensa prohíbe el uso de partes procedentes de China no aprobadas en este tipo de proyecto.
Días atrás, el subsecretario de Defensa para Adquisiciones y Mantenimiento, William LaPlante, permitió la reanudación de las entregas tras firmar una exención, aludiendo que el componente no representa un riesgo para la seguridad y remarcando el interés vital en la continuación de la entrega de los 126 aviones de combate ya construidos implicados en el procedimiento.
No es la primera vez que se encuentran componentes chinos en los aviones militares americanos. En 2012 y 2013, el Pentágono hizo una excepción a las reglas para continuar con el programa de los F-35 en marcha. Un año más tarde se encontraron elementos chinos en aviones de caza Lockheed Martin F-16 y en el bombardero Boeing B-1B.
Para producir el F-35, Lockheed Martin depende de 1700 proveedores para fabricar las 300.000 piezas que constituyen el avión. Un proveedor de un país hostil representaría una amenaza a la seguridad nacional.
La compañía se comprometió a buscar una alternativa a la obtención de la materia prima para fabricar el imán. Lo que se muestra como una tarea difícil, ya que China posee prácticamente el monopolio en la producción de las aleaciones con estos minerales derivados de tierras raras. Esto pone en duda de que EEUU pueda escapar de la dependencia al producto chino, y el régimen chino lo sabe.
Un as bajo la manga
En un reportaje en el medio comunista Global Times, el Sr. Yang, gerente de una empresa estatal de tierras raras en Ganzhou, provincia de Jiang, China, dijo:
“China es el único país del mundo que ha desarrollado la capacidad de extraer metales de tierras raras de samario y cobalto, lo que significa que el óxido de samario del producto medio se fabrica casi al 100 por ciento en fábricas chinas. También representamos más del 70 por ciento del imán de tierras raras de samario-cobalto del producto final. ¿Cómo puede Washington sacar productos chinos de tierras raras de sus aviones en tal escenario?”.
Según informa Yang, China fabrica otro tipo de imanes derivados de tierras raras y que son muy utilizados en productos electrónicos y maquinaria eléctrica, representando el 85% de su producción mundial. Una muestra más del dominio de China en este mercado.
Wei Dongxu, un experto militar con sede en Beijing, afirmó que China debería pensar en aplicar controles de exportación más estrictos sobre productos de tierras raras, que son recursos estratégicos porque EEUU los usa con fines militares que podrían socavar la soberanía, la integridad territorial y el desarrollo de China.
Siguiendo esta línea política, en febrero China sancionó a Lockheed Martin y Raytheon por vender a Taiwán equipos de ingeniería y mantenimiento de sistema de misiles tierra-aire Patriot con un valor de 100 millones de dólares.
La idea de usar la exportación de tierras raras como herramienta de extorsión geopolítica ya fue usada por el régimen chino en el conflicto con Japón.
En el 2010, China jugó esta carta tras la disputa por el control de las islas Senkaku en el mar de China Oriental, negándose a vender los metales de tierras raras a los usuarios japoneses.
Según un informe de la revista Forbes, escapar del monopolio ejercido por China en la extracción y procesamiento de elementos de tierras raras puede ser posible. Estos elementos existen en muchos lugares del mundo. La causa de que China se encargue de casi toda la producción mundial se debe a que el proceso en el refinado de estos minerales es muy agresivo para el medio ambiente, por lo que los países ricos prefieren no afrontar ese riesgo y dejarlo en manos de un país con medidas políticas ambientales más “indulgentes”. Si China continúa amenazando con cortar este suministro, el resto de las naciones buscarán alternativas y considerarán alejarse del régimen, por lo que China perderá el monopolio y la confianza del mercado mundial.
El 18 de julio en Seúl, la secretaría del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo querer poner fin a la dependencia indebida de las tierras raras, los paneles solares y otros productos clave provenientes de China para evitar que Beijing corte los suministros como ha hecho con otros países
“Cadenas de suministro resistentes significan una diversidad de fuentes de suministro y la eliminación, en la medida de lo posible, de la posibilidad de que los rivales geopolíticos puedan manipularnos y amenazar nuestra seguridad”
“Han usado la coerción para presionar a varios países cuyo comportamiento desaprueban”, dijo Yellen. “Sabemos que esa es una razón por la que no queremos depender de China”.
La importancia de que en este percance se haya visto envuelto el avión caza F35 es significativa, por lo que representa para EEUU este proyecto.
El Lockheed F-35 es el avión militar a reacción más avanzado del mundo. Es un caza polivalente de quinta generación cuya agilidad y velocidad lo hace sobresalir dentro del mercado de la aviación militar. Tecnologías de vanguardia lo convierten en un computador alado. Cuenta además con las capacidades de sigilo más modernas. Apodado “Fat Amy”, realizó su primer vuelo en diciembre de 2006 y ahora se encuentra en servicio en la Fuerza Aérea, el Cuerpo de Marines y la Marina americana. Países aliados como Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Israel, Taiwán y otros, ya incorporaron el caza entre sus fuerzas armadas. El costo de producción es enorme, se estima que llegará a ser de 1,7 trillones de dólares, por lo que se convirtió en el programa de armamento más caro de la historia de los EEUU.
Fuente: Por Michael Mustapich – BLes