A pesar de que las vacunas chinas no sirven, Argentina anunció que las fabricará en el país

El pasado 30 de abril fuentes oficiales del gobierno nacional argentino informaron que el ‘cierre de las negociaciones’ para fabricar las vacunas de la compañía china Sinopharm es inminente, una decisión que genera dudas debido a la extremadamente baja efectividad que las vacunas chinas demostraron en otros países.

La fallida ‘diplomacia de las vacunas’ de China

Luego del enojo de la comunidad internacional por haber encubierto la existencia del virus PCCh al mundo – con la ayuda de la OMS – China se apresuró a fabricar una vacuna no solo para venderla y hacer fortunas sino también para ‘regalar’ a los países más necesitados, en un intento de mostrar su ‘benevolencia’.

Esta ‘diplomacia de las vacunas’ que según Daily Mail Beijing llama la ‘Ruta de la Seda de la Salud’ fue un completo fracaso debido a la ineficacia de las vacunas. No obstante, no fue suficiente para que algunos gobiernos socialistas como el de Argentina, firmaran contratos millonarios – dinero de los contribuyentes – con los laboratorios estatales chinos para producir las vacunas localmente.

El caso de Chile y Emiratos Árabes Unidos

Según South China Morning Post, el país árabe comenzó a fabricar la vacuna de Sinopharm el mes pasado. Sin embargo, debido a que no generaba inmunidad en las personas, terminaron administrando hasta una tercera dosis de la vacuna a cada persona.

Más allá de la manchada reputación y cero credibilidad de la OMS y otras agencias sanitarias internacionales, ninguna de las vacunas chinas tiene autorización de uso de emergencia, y a pesar de los pésimos resultados finales, tampoco ninguna de estas agencias ha recomendado el no uso de las vacunas chinas, algo que mínimamente genera dudas sobre el verdadero rol de estas entidades y de la presión que ejerce el régimen comunista chino sobre ellas.

Inicialmente y según sus propios estudios, China dijo que sus vacunas eran un 79% efectivas contra el coronavirus.

No obstante, estudios realizados en Chile revelaron niveles de protección alarmantemente bajos después de la primera inyección.

Uno de los estudios reportó que una sola dosis sólo era efectiva en un 3%, mientras que un segundo encontró que era efectiva en un 16%.

Chile está entre los países que más vacunas administró a su población, alrededor de 4 de cada 10 personas fueron vacunadas con la vacuna china.

Aun así, tuvieron picos muy altos de infecciones y hospitalizaciones después de haber desplegado tan impresionante operativo de vacunación, incluso más que otros países que no llegaron a vacunar a su población.

Incluso la autoridad del Centro para Enfermedades Contagiosas (CDC por sus siglas en inglés) de China admitió la baja efectividad de las vacunas chinas, pero fue inmediatamente censurado y forzado a desmentir sus dichos.

Nikolai Petrovsky, creador de vacunas y profesor de medicina en la Universidad Flinders de Adelaida, Australia dijo:

“A menos que las empresas chinas puedan mejorar los estándares y proporcionar datos que demuestren una eficacia consistente, es probable que sus vacunas sean utilizadas sólo por países desesperados en los que cualquier vacuna puede ser atractiva, especialmente si se proporciona de forma gratuita”.

Si bien no es el caso ni de Argentina ni de Chile, o Emiratos Árabes Unidos, invertir millones de dólares en una vacuna que no funciona, presenta dudas razonables sobre si la intención de estos gobiernos es ayudar a la gente o simplemente realizar un trámite sin importarle los resultados.

El rol de los medios

Tanto los voceros oficiales del gobierno argentino, como los medios de comunicación locales, presentaron la vacuna china como ‘altamente efectiva’ y la decisión de traer millones de dosis al país como un ‘alivio’ quizás considerando al PCCh, el régimen culpable de la pandemia, como el ‘salvador’ de los argentinos.

La falta de periodismo independiente que no investiga ni verifica los dichos del gobierno, ha llevado a la gente a confiar en un producto que no solo no es efectivo, sino que tampoco se sabe qué efectos tendrá a largo plazo.

Al final del día, la ‘diplomacia de las vacunas’ de China solo sirve para engañar a la gente, no trae ningún beneficio y deja de manifiesto que los gobiernos no tienen la verdadera intención de ayudar a la gente sino de llevar a cabo una agenda política con el posible costo de la propia vida de la gente.

 Alvaro Colombres Garmendia– BLes.com

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