Tras las nuevas vacunas de ARNm, llegan los nuevos transgénicos para la alimentación
Uno de los planes de las grandes potencias occidentales es el de cambiar la alimentación mundial. Su objetivo no solo es someter a su propia población, sino a la del Tercer Mundo también. Uno de los medios para lograrlo son los transgénicos, que vienen envueltos en el formato característico de la modernidad, una ciencia de la buena, y con un pretexto inmejorable: acabar con el hambre en el mundo. ¿Quién podría oponerse a algo así?
Sin embargo, a diferencia de las vacunas, los transgénicos no tienen buen cartel, lo cual es un problema, por lo que en Bruselas han encontrado una solución: cambiar el nombre. Ahora hay que hablar más de “biotecnología” y sustituir los OGM (transgénicos) por NBT (nuevas técnicas de mejora), que son otras tantas técnicas genómicas (NGT), en la línea de las últimas vacunas de ARNm contra el “covid”.
El truco soluciona un segundo problema, puramente formal: como los productos NBT (o NGT) no son transgénicos (OGM), no se les aplica la misma legislación, que es demasiado rigurosa porque antiguamente tuvieron una oposición que hoy no existe. Después de ser víctimas de las vacunas del “covid”, los europeos están mucho más dispuestos a aceptar la ingesta de cualquier pócima por vía oral.
Ayer la Comisión Europea sugirió dividir los NBT (o NGT) en dos categorías, eximiéndoles de la legislación sobre los OGM por una diferencia que las altas esferasa consideran como decisiva: las modificaciones NBT se pueden obtener de forma natural o a través de un proceso de selección tradicional (mutagénesis, cisgénesis).
La directiva de 2001 sobre OGM ya no es adecuada para los nuevos productos biotecnológicos que permiten a los agricultores tener acceso a semillas más resistentes utilizando menos fertilizantes o pesticidas.
Es un gota a gota. La Unión Europea siempre marcha poco a poco en medio de un galimatías burocrático que casi nadie es capaz de seguir. Cuando parece que has acabado de entender los transgénicos, el asunto lo vuelven a complicar y la resistencia baja los brazos.
Ya no tenemos ningún motivo para protestar. Si no hicimos nada contra Pfizer, ¿por qué vamos a levantar la voz contra NBT?
La campaña de intoxicación lo dirá al revés: si logramos acabar con una pandemia gracias a las nuevas vacunas ARNm, podemos hacer lo mismo con los NBT, las plantas y semillas para acabar con el hambre en el mundo. ¿O acaso quieren que el mundo siga padeciendo hambre?
Todo lo que hacen es por el bien de la humanidad.
Fuente: mpr21