La psicóloga de Gemita culpa a Auron de la infidelidad porque "no cumplía en la cama" |

La psicóloga de Gemita culpa a Auron de la infidelidad porque “no cumplía en la cama”

El escándalo de la infidelidad de Gemita a AuronPlay ha sacudido el mundo del streaming y ha generado un torrente de reacciones, pero lo más sorprendente y absurdo de toda esta situación ha sido la intervención de la psicóloga de Gemita. En lugar de asumir la responsabilidad de sus actos, Gemita ha contado con el respaldo de su “profesional de confianza”, una sexóloga que parece más interesada en ganar sus 15 minutos de fama que en ofrecer un análisis serio y coherente sobre lo sucedido. Lo surrealista es que esta psicóloga ha tenido la desfachatez de culpar a Auron de la traición, argumentando que el streamer “no cumplía en la cama”, como si esa fuese una excusa válida para justificar una infidelidad.

Tal y como afirma nuestro amigo Clonazepam, esto es demencial. Es indignante que una persona que se hace llamar profesional de la salud mental se permita dar este tipo de opiniones públicas, no solo justificando el engaño, sino además señalando a la víctima de una manera tan irresponsable. Lo que debería haber sido una reflexión sobre el respeto y la lealtad en las relaciones, ha sido reducido a un ataque injusto hacia AuronPlay. La actitud de Gemita y su psicóloga refleja una total falta de respeto hacia la pareja y una preocupante falta de ética por parte de la terapeuta, quien, lejos de ayudar a su paciente a afrontar sus errores, parece más interesada en dar un espectáculo mediático.

El comportamiento de Gemita tampoco ha sido menos reprochable. En lugar de afrontar sus acciones y asumir las consecuencias de una infidelidad que ha afectado tanto a su relación como a la imagen pública de ambos, ha preferido deslizar la culpa hacia su pareja. Esta falta de autocrítica y su evidente incapacidad para asumir la responsabilidad demuestran una falta de madurez emocional. Culpar a AuronPlay de sus propios errores es un movimiento mezquino que no solo empaña su reputación, sino que también expone una actitud egoísta que busca cualquier justificación antes que enfrentar la realidad.

En conclusión, tanto Gemita como su psicóloga han dejado mucho que desear en esta historia. En lugar de una reflexión sincera y responsable, hemos visto a una pareja rota y una profesional que, lejos de ayudar a resolver el conflicto, ha avivado el fuego con afirmaciones completamente fuera de lugar. Este tipo de comportamientos no solo dañan la imagen pública de las personas implicadas, sino que también mandan un mensaje peligrosamente erróneo sobre las relaciones de pareja y la falta de ética profesional en el manejo de temas tan delicados.

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