Una mujer de Colorado logra revertir un aborto químico y da a luz a una niña totalmente sana
En un testimonio conmovedor, Mackenna Greene revela su experiencia al enfrentarse a la decisión del aborto y cómo, en medio de la confusión y el miedo, encontró una salida a través de un tratamiento provida. “Desde el momento en que supe que estaba embarazada y empecé a considerar el aborto, no estaba 100% segura”, confesó.
Después de tomar la píldora abortiva, los sentimientos de culpa y ansiedad se apoderaron de ella, llevándola a buscar desesperadamente una manera de revertir su decisión. Fue entonces cuando conoció a Chelsea Mynyk, una enfermera comprometida con la causa pro vida, quien la guió en un tratamiento con progesterona, una hormona que ha demostrado ser eficaz en la reversión de abortos químicos en ciertas circunstancias, según informa el digital Info Católica.
La historia de Greene no solo resalta la lucha interna de muchas mujeres que se enfrentan a embarazos no planificados, sino también la injusticia de una legislación que busca silenciar a los profesionales de la salud que desean ofrecer alternativas. En abril de 2023, el estado de Colorado aprobó una ley que considera la reversión del aborto químico como “conducta no profesional”, lo que limita gravemente la capacidad de los médicos para ayudar a aquellas mujeres que, como Greene, sienten que han tomado una decisión equivocada. Chelsea Mynyk, quien opera una clínica al sur de Denver, enfatiza que su vocación como profesional de la salud es salvar vidas: “Colorado no debería poder silenciarnos ni impedirnos salvar vidas. Aquí no solo salvamos la vida de Mackenna, sino también la de su bebé”, afirmó.
La valiente demanda presentada por Mynyk, junto con la de Bella Health and Wellness, un centro católico que también ha impugnado esta ley, busca proteger los derechos constitucionales de los profesionales de la salud y garantizar que las mujeres tengan acceso a todas las opciones disponibles. En un contexto donde el aborto químico se ha vuelto más común, la reversión se presenta como una esperanza real para muchas mujeres que cambian de opinión. “Algunos doctores provida aseguran que este método tiene más éxito de lo que fracasa”, sostienen los defensores, quienes ven la reversión como un camino hacia la vida en lugar de una muerte innecesaria.
Sin embargo, la oposición a esta práctica ha sido feroz. Legisladores de Colorado han expresado su preocupación por los riesgos asociados con la reversión del aborto químico, catalogando a los centros de crisis como peligrosos y engañosos. La senadora estatal Janice Marchman, al criticar estos servicios, sugiere que las mujeres son manipuladas y que se les ofrece atención médica que pone en riesgo su salud. Sin embargo, estas afirmaciones ignoran las experiencias de mujeres como Greene, quien enfatiza que su verdadera motivación para considerar el aborto era el miedo, no una falta de deseo por la maternidad. “Tomar la primera pastilla fue mi forma de escapar de una situación difícil”, explica.
Finalmente, Greene critica la hipocresía de una ley que permite el uso de progesterona para prevenir abortos espontáneos, pero no para revertir un aborto químico. “Es completamente injusto que la ley de Colorado permita el uso de progesterona para salvar a los bebés no nacidos en algunos casos, pero lo prohíba en circunstancias como la mía”, afirma con indignación. Su historia es un poderoso recordatorio de que cada vida importa y de que las mujeres deben tener acceso a todas las opciones posibles para elegir la vida.
Gracias al tratamiento recibido de Mynyk, Greene dio a luz a una niña sana, reafirmando su creencia de que hay esperanza y alternativas reales para aquellas que dudan en su camino. “Sin ese tratamiento, no tendría a mi hija hoy”, concluyó, resaltando la importancia de permitir que cada mujer tome decisiones informadas y apoyadas en su camino hacia la maternidad.
