Pedro Sánchez anuncia 400 millones de euros de España para ayudar a los países más pobres mientras Valencia sigue devastada
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado en el marco de la cumbre del G20 en Río de Janeiro que España destinará 400 millones de euros a la Asociación Internacional de Fomento, una entidad del Banco Mundial que presta apoyo a los países más pobres. Este compromiso, en un contexto en el que Valencia y otras regiones españolas están sufriendo los devastadores efectos de una DANA, ha generado críticas por la aparente desconexión entre las prioridades internas y las políticas internacionales del Ejecutivo.
Sánchez justificó esta decisión ante los líderes del G20 alegando que es “inaceptable” que 733 millones de personas pasaran hambre en 2023 y 712 millones vivieran en pobreza extrema el año anterior, cifras que atribuyó a desigualdades globales y a la inacción frente a problemas como el cambio climático. Subrayó que “el cambio climático mata”, mencionando los recientes episodios climáticos extremos en España, aunque no detalló medidas específicas para paliar sus efectos en el territorio nacional.
La iniciativa ha sido presentada como un ejemplo de liderazgo global, pero plantea interrogantes sobre las prioridades del Gobierno. Mientras se destinan cientos de millones a la ayuda internacional, miles de familias españolas enfrentan daños catastróficos en sus hogares, infraestructuras destruidas y recursos insuficientes para hacer frente a la emergencia climática en su propio país.
Este anuncio evidencia una desconexión preocupante con la realidad inmediata de los ciudadanos españoles, que ven cómo los recursos se destinan al exterior mientras las necesidades urgentes en casa quedan insatisfechas. La medida, si bien responde a un compromiso con los objetivos internacionales, está siendo percibida por muchos como un gesto que ignora las dificultades internas en momentos críticos.