Por qué Europa se está derechizando a pasos agigantados
En los últimos años, varios partidos políticos considerados de derecha han ganado terreno en Europa. En países como los Países Bajos, Geert Wilders y en Italia, el partido de Giorgia Meloni han logrado formar gobierno tras haber ofrecido respuestas claras a la creciente crisis migratoria. Este tema, que se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la población según numerosas encuestas, ha sido clave en el éxito de estos movimientos.
La victoria de Marine Le Pen en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 también marcó un punto importante en este cambio de tendencia política. Su éxito ha sido reflejo del ascenso de partidos como Alternativa por Alemania (AfD), que ha ganado fuerza en elecciones regionales, y del Partido de la Libertad (FPÖ) en Austria. Estos grupos han aprovechado la sensación generalizada de que las instituciones europeas no han gestionado eficazmente temas como la seguridad, la inmigración y la preservación de la identidad cultural en el continente.
El panorama político europeo está experimentando un giro significativo. Los partidos que hace poco se consideraban parte de la “extrema derecha” (para los medios mainstream) ahora se encuentran en posiciones de gobierno o influencia, impulsados no solo por la crisis migratoria, sino también por la desconfianza creciente hacia las clases políticas tradicionales, especialmente en su gestión de la economía durante tiempos de crisis.
Otro aspecto que ha ganado relevancia es el conflicto entre Rusia y Ucrania. En toda Europa, los gobiernos empiezan a aceptar que el conflicto no puede seguir prolongándose indefinidamente con apoyo militar y financiero exclusivamente. A medida que los costos económicos aumentan y la presión pública crece, la idea de explorar soluciones diplomáticas para poner fin a la guerra comienza a ganar peso en el debate político. La incertidumbre en torno al futuro político de Estados Unidos, en especial tras sus últimas elecciones, también ha llevado a los gobiernos europeos a considerar alternativas diplomáticas en lugar de seguir confiando ciegamente en el apoyo militar y económico de Occidente a Ucrania. Incluso el gobierno ucraniano, según The Kyiv Independent, podría estar dispuesto a contemplar concesiones territoriales a cambio de la paz.
Por otro lado, la autonomía industrial y agrícola ha emergido como un tema central, especialmente ante las crecientes protestas de los agricultores. Las políticas ambientales impulsadas en el marco de la transición verde han sido percibidas por ciertos sectores como una amenaza para sus medios de vida. Esto ha generado una creciente resistencia entre quienes creen que estas iniciativas ponen en riesgo la estabilidad económica de regiones que dependen fuertemente de la industria agrícola.
Este nuevo contexto político trae consigo aspectos muy positivos. El cambio hacia soluciones más prácticas y directas en temas como la inmigración y la seguridad muestra una respuesta clara a las preocupaciones de la ciudadanía.