Escándalo en Melilla: el Gobierno del PP elimina festivos cristianos para incluir celebraciones musulmanas
A partir de 2025, el Eid al-Adha, conocido como la Fiesta del Sacrificio, y el Eid al-Fitr, que marca el final del Ramadán, sustituirán al Día de la Hispanidad y a la festividad de San José
El Gobierno de Melilla, liderado por el Partido Popular con mayoría absoluta, ha desatado una fuerte polémica tras aprobar una controvertida medida que sustituirá dos de las festividades más arraigadas en la cultura española por celebraciones musulmanas. A partir de 2025, el Eid al-Adha, conocido como la Fiesta del Sacrificio, y el Eid al-Fitr, que marca el final del Ramadán, serán festivos oficiales en la ciudad autónoma. La decisión ha generado indignación entre muchos ciudadanos, especialmente entre los cristianos que consideran esta acción un ataque directo a las tradiciones y raíces católicas de España.
El cambio más escandaloso es la eliminación del Día de la Hispanidad, que conmemora el 12 de octubre, una fecha histórica para los españoles que celebra el descubrimiento de América y la unidad de la nación. Junto a esta fecha, la festividad de San José, el 19 de marzo, también dejará de ser festivo en Melilla. Estas modificaciones han sido vistas como una clara concesión a la creciente influencia musulmana en la ciudad, en detrimento de las celebraciones católicas y los valores que tradicionalmente han definido la identidad española.
Para muchos españoles de bien, esta medida no solo supone una ofensa a la herencia cristiana, sino que representa una peligrosa tendencia hacia la islamización de las instituciones y la pérdida de los valores que han sostenido a España durante siglos. «Es inconcebible que se eliminen festividades tan importantes para dar prioridad a celebraciones de otra religión», han expresado varios colectivos cristianos y asociaciones culturales. La decisión ha sido calificada como una traición a la cultura española y un ataque frontal contra el legado católico en la sociedad.
Las críticas no han tardado en llegar desde diferentes sectores de la sociedad melillense y del resto de España, que consideran que el Partido Popular ha cedido a presiones políticas y demográficas sin tener en cuenta el sentir mayoritario de la población. En un contexto en el que el secularismo y las ideologías progresistas ya han ido erosionando las tradiciones cristianas, este movimiento es visto como un paso más hacia la desnaturalización de los valores que han definido a la nación española desde sus orígenes.