Sólo uno de cada cinco marroquíes que viven en España cotizan a la Seguridad Social
La mayoría de los 900.000 marroquíes que residen en España no están integrados en el mercado laboral. Los datos indican que, aunque su presencia en el país ha aumentado, el número de marroquíes que cotizan apenas alcanza los 200.000, con aportaciones que apenas superan el salario mínimo. Esta realidad cuestiona la viabilidad de las políticas migratorias actuales, ya que sólo un 22% de los marroquíes que viven en España cotizan a la Seguridad Social.
Además, la propuesta de traer 250.000 inmigrantes anuales (o muchos más) como solución para mantener el sistema de pensiones es altamente cuestionable. Los argumentos que sostienen que los inmigrantes contribuirán significativamente a financiar las pensiones y que su llegada es la respuesta al envejecimiento demográfico no se sostienen frente a los hechos.
La tasa de desempleo entre los inmigrantes es 7,5 puntos más alta que la de los nacionales, según los últimos datos disponibles. En el primer trimestre de 2024, la Encuesta de Población Activa (EPA) mostraba una tasa de paro del 18,64% entre los extranjeros, en comparación con el 11,11% de los nacionales. Actualmente, hay 709.000 extranjeros en situación de desempleo, de los cuales el 60% lleva más de un año buscando empleo, y 1.707.700 inmigrantes inactivos, es decir, que ni trabajan ni buscan empleo.
En los últimos 10 años, España ha nacionalizado a cerca de 1.500.000 extranjeros, de los cuales 350.000 son de origen marroquí. Este modelo migratorio está demostrando ser insostenible, ya que no solo precariza el empleo y sobrecarga los servicios públicos, sino que además pone en riesgo el equilibrio económico y social del país. Por si fuera poco, instituciones como el Banco de España estiman que se necesitarán 24 millones de inmigrantes para mantener el equilibrio entre trabajadores y pensionistas, una cifra que pone en duda la viabilidad de esta estrategia a largo plazo.