El TSJM ratifica la absolución de Rafael Amargo por tráfico de drogas al avalar la nulidad de las escuchas
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha rechazado el recurso presentado por la Fiscalía de Madrid contra la absolución del bailaor Rafael Amargo, quien había sido acusado de un delito relacionado con la salud pública. El tribunal ratifica la decisión de anular las escuchas telefónicas que dieron origen a la investigación.
Así se establece en una resolución que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo. En esta, los magistrados de la Sala de lo Civil y Penal rechazan el recurso de apelación del Ministerio Fiscal, confirmando la sentencia de la Audiencia Provincial que exoneró tanto al artista como a su productor y a otro implicado.
Rafael Amargo estaba inicialmente acusado de un delito contra la salud pública de gran magnitud, por lo que se enfrentaba a una pena de nueve años de prisión, al igual que su productor Eduardo de Santos. La absolución se basó en que, según la Sala, no se cumplieron los requisitos legales necesarios para la intervención de las comunicaciones privadas, lo que llevó a declarar nulas las escuchas telefónicas autorizadas por el Juzgado de Instrucción a solicitud de la Policía.
Las escuchas y los testimonios de los investigadores de la Policía Nacional constituían la principal prueba que sustentaba la acusación de la fiscalía. Tanto los investigadores como la Fiscalía de Madrid sostenían que Amargo y su productor hacían “compras conjuntas” de drogas para financiar la obra ‘Yerma’, un hecho que los acusados negaron argumentando que necesitarían al menos 100.000 euros para ello.
En su informe, la fiscal apuntó que el flujo de personas en el piso de Amargo, ubicado en el número 4 de la calle La Palma, estaba acreditado por los testimonios de los agentes de la Policía Nacional. La fiscal también mencionó las escuchas entre agosto y noviembre de 2020, en las que se hablaba de cantidades de droga superiores al autoconsumo, lo que justificaría penas de entre 6 y 9 años. Citó conversaciones en las que alguien pedía 500 pastillas y otra en la que Amargo mencionaba querer un kilo de metanfetamina.