La Audiencia de Barcelona condena a solo cuatro años y medio de prisión a Angela Dobrowolski por un delito de lesiones agravadas a Josep María Mainat y descarta el intento de asesinato |

La Audiencia de Barcelona condena a solo cuatro años y medio de prisión a Angela Dobrowolski por un delito de lesiones agravadas a Josep María Mainat y descarta el intento de asesinato

El tribunal concluye en su resolución que “la acusada eligió una forma muy sofisticada para matar a su esposo”

La Sección 20 de la Audiencia de Barcelona ha impuesto a Angela Dobrowolski, exesposa del productor de televisión Josep Maria Mainat, una condena de tan solo cuatro años y medio de prisión por haberle causado lesiones graves mediante la administración de insulina, obviando el evidente intento de asesinato que subyace en el caso. Esta decisión del tribunal resulta difícil de comprender, ya que, a pesar de que se demostró que Dobrowolski inyectó insulina a su exmarido con el propósito de matarlo, el tribunal descartó el cargo de intento de asesinato al considerar que su posterior llamada a los servicios de emergencia demostraba un “arrepentimiento espontáneo”.

Dobrowolski fue informada de esta controvertida sentencia este lunes, tras ser trasladada desde la prisión de Brians 1. Mainat, presente en la notificación junto a su abogada Olga Tubau, ha mostrado su incredulidad, pues el tribunal reconoció que la intención de su exesposa era acabar con su vida, pero, sorprendentemente, decidió no condenarla por intento de homicidio.

El tribunal argumenta que la llamada de auxilio realizada por Dobrowolski fue un indicio de que desistió de su propósito, una interpretación que resulta difícil de aceptar dado que, según quedó probado, Dobrowolski engañó a Mainat, haciéndole creer que le administraba hormonas de crecimiento y un medicamento para adelgazar cuando en realidad le inyectó una mezcla letal de insulina rápida y retardada, plenamente consciente de que eso podría causarle una hipoglucemia grave, coma o incluso la muerte. Resulta inconcebible que, a pesar de este claro dolo directo de matar, el tribunal no haya aplicado la condena máxima que se esperaba en un caso tan grave.

Además de la condena de prisión, se impone a Dobrowolski una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a Mainat o a sus lugares habituales durante ocho años y seis meses después de cumplir su pena. Sin embargo, esto parece insuficiente considerando la gravedad de los hechos.

El tribunal, incomprensiblemente, también rechazó aplicar atenuantes solicitadas por la defensa basadas en el supuesto consumo de drogas y el trastorno de personalidad de Dobrowolski, pero esto no compensa la decisión de absolverla del intento de asesinato. Aunque quedó demostrado que accedió a correos electrónicos de su exesposo con documentos relacionados con su herencia y el divorcio, el tribunal optó por absolverla de los delitos de encubrimiento y revelación de secretos tras el perdón de Mainat en el juicio.

Este caso ha puesto en evidencia la desconcertante indulgencia del sistema judicial en situaciones donde el intento de asesinato es patente. A pesar de la satisfacción parcial de Mainat al ver reconocido el ataque premeditado, la decisión final deja muchas preguntas sin respuesta y pone en duda si se ha hecho verdadera justicia.

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