Escándalo en el Rosario de Ferraz: La Policía Nacional le mete un multonazo a José Andrés Calderón por respetar una boda
Una actuación policial surrealista ha desatado la indignación de José Andrés Calderón tras lo ocurrido en el Rosario de Ferraz, donde la Policía Nacional le impondrá una multa de al menos 600€ por respetar la celebración de una boda en el Santuario del Inmaculado Corazón de María. Sucedió ayer, en la calle Ferraz de Madrid. Calderón, que junto a otros feligreses tenía programado rezar en el atrio del santuario de 19:30 a 20:00 (como lleva haciendo a diario desde hace más de 300 días), explica que siempre se informa a la Delegación de Gobierno sobre estas actividades. Sin embargo, en esta ocasión, al llegar al santuario a las 18:00, descubrieron que se estaba celebrando una boda, sin haber recibido ningún aviso previo.
Ante la evidente imposibilidad de comenzar el rezo a la hora establecida, ya que la ceremonia nupcial seguía en marcha y faltaban actos como las firmas y las fotos de los novios, Calderón decidió hablar con el jefe del dispositivo policial. Según su relato, la respuesta de las autoridades fue absurda y desproporcionada: “Me dice que me ponga a rezar a las 19:30 y que si me retrasaba asumiera las consecuencias (es decir, multa)”, denuncia Calderón, perplejo ante la actitud policial.
El tono de la conversación con la Policía fue aún más alarmante cuando el jefe del dispositivo llegó a decirle que, si los asistentes a la boda no permitían que rezaran, “utilizarían la fuerza” para protegerles. Calderón calificó esta actitud de desmesurada, destacando que las autoridades parecían más interesadas en provocar un conflicto entre los asistentes al rezo y los invitados a la boda que en mantener el orden: “¿Quería que me pusiera a rezar e impidiera la celebración de los recién casados? Hasta dónde yo sé, la función de la Policía es mantener el orden público y no buscar el conflicto”, reflexionó indignado.
Lo que más sorprende a Calderón es la falta de proporcionalidad en las acciones policiales, considerando que se trataba de una situación extraordinaria y fácilmente resolvible mediante la espera: “Lo lógico es respetar la boda y cuando acabe, celebrar el rezo. Está claro que buscaban que rezara y generara un conflicto con mis hermanos católicos”, añade.
La indignación de Calderón creció cuando se le notificó que sería multado por no haber empezado el rezo a la hora acordada, a pesar de haber esperado para no interrumpir la boda. “Me caerá una multa de 600 o 1200€ por no causar un conflicto y respetar la celebración de una boda. Es absurdo que te sancionen por esperarte 20 minutos a que el Santuario se vacíe”, expresó con frustración. Según Calderón, esta multa forma parte de un intento de “desestabilizarnos, hacernos daño y ahogarme económicamente”.
Finalmente, Calderón subraya que no caerá en las provocaciones de las autoridades ni permitirá que este tipo de actuaciones generen división dentro de la Iglesia. “No voy a fastidiar a dos jóvenes en el día más feliz de su vida”, concluye, reiterando su compromiso de seguir rezando a pesar de los obstáculos que, según él, buscan ponerle.