Un juez de Nueva York retrasa hasta después de las elecciones la sentencia de Donald Trump por cargos relacionados con el dinero pagado a Stormy Daniels
El presidente Donald Trump no recibirá su sentencia en el caso penal que enfrenta en Nueva York hasta después de las elecciones de 2024, según una reciente decisión del juez Juan Merchan. En una carta reciente, Merchan indicó que, de ser necesario, la sentencia se dictaría el 26 de noviembre, respondiendo así a una solicitud de los abogados de Trump para aplazar el fallo. Esta decisión ha sido recibida con alivio por parte del equipo del presidente Trump y del GOP en general.
El juez mencionó las elecciones presidenciales como uno de los motivos para retrasar la sentencia, explicando que busca evitar la percepción de que su decisión podría influir en los comicios de noviembre: “Retrasar la resolución sobre la moción y la sentencia, si fuese necesario, debería eliminar cualquier insinuación de que el tribunal haya tomado alguna decisión o impuesto una sentencia con la intención de beneficiar o perjudicar a algún partido político o candidato a cualquier cargo”, escribió Merchan.
Además de aplazar la sentencia hasta el 26 de noviembre, Merchan señaló que se pronunciará sobre la moción de Trump para anular el veredicto debido a la decisión de inmunidad de la Corte Suprema el 12 de noviembre, fecha que también será posterior a las elecciones.
Stormy Daniels, con la credibilidad por los suelos
Stormy Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, ha sido una figura clave en las acusaciones contra Trump, afirmando que recibió pagos para silenciar una supuesta relación con el expresidente. Sin embargo, su participación ha sido vista por muchos como un intento de aprovecharse del sistema judicial y de los medios de comunicación para ganar notoriedad y beneficios económicos. A lo largo del proceso, Daniels ha cambiado su versión de los hechos en varias ocasiones, lo que ha llevado a muchos a dudar de la veracidad de sus declaraciones. A pesar de la falta de pruebas concluyentes, el caso ha seguido adelante, en gran parte debido a la intensa cobertura mediática.
La justicia estadounidense ha sido objeto de duras críticas por permitir que casos como este, basados en testimonios inconsistentes y en ocasiones cuestionables, se conviertan en espectáculos mediáticos que buscan más el escándalo que la verdad. En lugar de centrarse en hechos concretos y pruebas irrefutables, la justicia parece haberse transformado en un escenario para disputas personales y luchas de poder mediático.
La actuación de Stormy Daniels y su equipo legal también pone en entredicho la ética y los verdaderos motivos detrás de su cruzada contra Trump. Muchos consideran que la estrella de cine para adultos ha usado el juicio como una plataforma para relanzar su carrera y mejorar su posición económica, más que como un acto de valentía o justicia. Las continuas apariciones en medios, entrevistas pagadas y el lanzamiento de productos vinculados a su imagen no han hecho más que alimentar la percepción de que todo esto es un negocio rentable más que una búsqueda de justicia.
En resumen, la participación de figuras como Stormy Daniels destacan no solo la fragilidad del sistema judicial estadounidense, sino también la facilidad con la que este puede ser explotado por intereses personales y mediáticos. En lugar de servir a la justicia, estos casos muestran un sistema legal convertido en un espectáculo público, en el que la verdad y la imparcialidad parecen quedar en un segundo plano.