Reino Unido amplía considerablemente la plantilla de su Departamento de Censura para seguir controlando el discurso en redes |

Reino Unido amplía considerablemente la plantilla de su Departamento de Censura para seguir controlando el discurso en redes

El gobierno del Reino Unido está ampliando de manera significativa el equipo del regulador de comunicaciones Ofcom, aumentando su personal en un 20% con el objetivo de hacer cumplir la controvertida Ley de Seguridad en Línea. Esta expansión, reportada por el Financial Times, aumentará la plantilla de Ofcom de 460 a más de 550 empleados para marzo, convirtiéndose en uno de los movimientos más ambiciosos y preocupantes del gobierno en el control del discurso digital, representando un tercio de su personal total.

Este incremento de poder y personal para Ofcom ha desatado críticas y generado serias preocupaciones sobre la creciente censura gubernamental y la amenaza que representa para la libertad de expresión. La posibilidad de que se reintroduzcan medidas que obliguen a eliminar contenido “legal pero dañino” en internet ha encendido las alarmas sobre el potencial abuso de poder por parte del Estado, en lo que muchos consideran un asalto directo a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

¿Es aceptable que un organismo administrativo decida qué es dañino y qué no lo es? ¿Estamos permitiendo que la censura gubernamental se cuele bajo el disfraz de la seguridad en línea? La subjetividad en la definición de “discurso dañino” podría llevar a una peligrosa expansión de la censura, abriendo la puerta a la eliminación arbitraria de contenidos que simplemente no encajan con la narrativa oficial o que resultan incómodos para el gobierno de turno.

Esto plantea preguntas críticas sobre el papel del Estado en la regulación del pensamiento y la opinión: ¿debería el gobierno, en lugar de un juez imparcial, tener la autoridad para determinar qué es aceptable? ¿Estamos avanzando hacia un modelo en el que se pueda sancionar a las personas no solo por sus acciones, sino también por sus ideas? Estos son dilemas inquietantes que sugieren un preocupante retorno a una era de censura más amplia y opresiva, disfrazada de regulación para la seguridad en línea.

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