Las empresas agrarias españolas se trasladan a Marruecos huyendo de las políticas impuestas por la UE
Las empresas agrarias españolas se trasladan a Marruecos huyendo de las políticas impuestas por la Unión Europea con pretextos pseudoecologistas, según informa el Instituto Español de Exportaciones e Inversiones (ICEX).
Más de 360 empresas españolas han trasladado su producción a Marruecos. De ellas, alrededor del 10 por cien se dedican directa o indirectamente a la industria agroalimentaria, con varios gigantes de la alimentación como Ebro Foods (Brillante, SOS) y Borges (frutos secos).
Algunas han deslocalizado su producción mientras que otras operan a través de sus filiales o asociándose con empresas marroquíes, y eso se debe a la simplificación de los procedimientos aduaneros. De este modo, el número total de empresas deslocalizadas podría superar el millar.
Los exportadores de la Unión Europea se beneficiarán en última instancia de la eliminación de los derechos de aduana marroquíes sobre las importaciones del 70 por cien de los productos agrícolas y pesqueros, una medida que permitirá un ahorro estimado de 100 millones de euros en derechos de aduana.
El Icex destaca que España es el mayor socio comercial de su vecino norteafricano, por delante de Francia y China en términos de exportaciones e importaciones. Las exportaciones españolas a Marruecos alcanzaron en 2021 la cifra récord de 9.500 millones de euros. En 2012 Marruecos y la Unión Europea firmaron un acuerdo sobre medidas recíprocas para liberalizar el comercio de productos agrícolas y pesqueros.
Es un nuevo éxodo rural. Durante el invierno las revueltas agrarias sacudieron Europa. Los agricultores de los países del Viejo Continente se quejan de competencia desleal de países de fuera de la Unión. En occidente se quejan de Marruecos y en oriente de Ucrania, que no están sujetos a las mismas reglas. También protestan contra una burocracia y unos normativas consideradas como laberínticas.
Las políticas agrarias europeas han creado superproducción y las “verdes”, por el contrario, suponen una destrucción de las fuerzas productivas. Han pagado a los agricultores por destruir los campos, quemar los cultivos y cerrar las explotaciones. La alternativa es marcharse de Europa.
Fuente: mpr21