El padre de la hiperinflación: La caótica presidencia de Raúl Alfonsín y el manual de todo lo que no hay que hacer
El pasado domingo se cumplieron 96 años del nacimiento del expresidente radical que llevó a la destrucción de la moneda argentina en los albores de la década de 1980. La experiencia del radicalismo dejó un lastimante saldo de 59% de pobreza y 5.000% de inflación.
Los principales dirigentes radicales en Juntos por el Cambio conmemoraron el 96° aniversario del nacimiento del expresidente Raúl Alfonsín el pasado domingo, razón por la cual la UCR celebra oficialmente el “día de la militancia radical” el 12 de marzo de cada año.
Hoy, tanto Horacio Rodríguez Larreta, principal candidato a presidente del PRO, como Gerardo Morales, principal candidato de la UCR, y el propio Alberto Fernández reivindican la gestión de Alfonsín, incluso su agenda económica y el Plan Austral que lanzó.
Sin embargo, lo cierto es que el expresidente radical pasó a la posteridad por haber sido el responsable del episodio hiperinflacionario más violento de la historia argentina. El país sufrió una de sus peores crisis económicas de la segunda mitad del siglo XX, dejó una pobreza “núcleo” que nunca se pudo desarmar y su mandato es un manual de todo lo que no hay que hacer frente a una crisis.
El fracaso radical coincidió con la caída de la cortina de hierro en las economías socialistas, y afortunadamente para la economía argentina, tras la elección de Carlos Menem en 1989 se dio inicio a una nueva etapa por la liberalización y la modernización del país.
La gestión Grinspun y la primera destrucción del signo monetario
Tan pronto como asumió la presidencia, Alfonsín decidió nombrar al economista Bernardo Grinspun al frente del Ministerio de Economía. Se llevó a cabo un programa de corte heterodoxo que involucró un alza generalizada y por decreto de salarios de convenio, controles de precios y tarifas, la suspensión de pagos financieros al exterior por obligaciones de deuda externa (entre ellos al FMI) y el endurecimiento del cepo cambiario.
Sin financiamiento de ningún tipo, el Ministro recurrió sistemáticamente a la monetización del Banco Central, e implementó un estricto sistema de licencias no automáticas de importación para contener la sangría de divisas que provocaba el cepo. La brecha cambiaria se disparó por encima del 70%, la economía entró en recesión en el primer trimestre de 1985 y la inflación se disparó al 804% interanual en febrero de ese año.
Con este violento episodio estanflacionario, Argentina perdió su signo monetario y el Peso argentino (ley 1983) se convirtió en un papel sin ningún tipo de respaldo o valor en bienes y servicios. El mandatario radical culminaba la primera destrucción monetaria de su administración.
El fracaso del Plan Austral y el “Corralito” de Alfonsín
El nuevo equipo económico dirigido por el economista Juan Vital Sourrouille reemplazó a Grinspun, y rápidamente lanzó el denominado “Plan Austral” en junio de 1985, tres meses después de asumir la gestión.
El programa incluía la reducción del déficit fiscal con un drástico aumento de impuestos internos, mientras que al mismo tiempo reemplazaba al “Peso argentino” por el Austral, y se establecían congelamientos estrictos sobre precios, salarios, tarifas y tipo de cambio.
A pesar del aumento de las cargas sociales al trabajo, el impuesto a las Ganancias, las retenciones y los aranceles de importación, el déficit fiscal no se eliminó y para 1987 volvió a crecer bruscamente, un hecho mayormente explicado por el desequilibrio colosal de las masivas empresas estatales y el llamado “déficit cuasi-fiscal” de las letras telefónicas que emitía en Banco Central (similar a las Leliq actuales).
Los controles y los congelamientos fueron relanzados dos veces más, en aras de intentar salvar lo que quedaba del programa económico, pero los esfuerzos fueron en vano. El primer intento ocurrió en octubre de 1987 y se consumió rápidamente en solo 3 meses, mientras que el segundo intento (el Plan Primavera) se lanzó en agosto de 1988 y corrió la misma suerte.
Hacia abril de 1989 la inflación ya superaba el 460% interanual, y el sistema bancario se encontraba al borde del colapso. A causa de la pésima reputación del oficialismo y su programa, las expectativas inflacionarias se dispararon y la demanda de australes cayó en picada. Esto provocó un pánico de los ahorristas, que dejaron de confiar en el ajuste de las tasas de interés y buscaron retirar sus fondos bancarios para rápidamente transformarlos en dólares y así protegerse de la inflación.
El Gobierno de Alfonsín respondió estableciendo un estricto límite al retiro de fondos de los bancos, lo que se conoce formalmente como “Corralito”, para evitar el colapso del sistema financiero, mucho más estricto y dramático del que estableció tiempo después Fernando De la Rúa en noviembre de 2001.
“Hacia fines de abril de 1989, ante la perspectiva de un estallido hiperinflacionario, las autoridades monetarias argentinas introdujeron severas restricciones al retiro en efectivo de los depósitos bancarios. Esto provocó temporalmente el surgimiento de un sistema monetario bipapélico en el que circularon dos monedas: el austral billete y el austral cheque”, explicaba el CEMA en octubre de 1990.
El presidente Alfonsín se vio obligado a adelantar la entrega del poder a su sucesor, con una herencia extremadamente dolorosa. La tasa de pobreza medida con estándares de hoy alcanzó el 58,9% en el segundo semestre de 1989, los salarios reales acumularon una caída del 18,5%, el haber mínimo jubilatorio retrocedió un 65% y la jubilación media llegó a perder hasta el 67% de su valor a lo largo de la presidencia radical.
La actividad económica se desplomó un 12,7% entre el primer trimestre de 1988 y el segundo trimestre de 1989. La producción industrial retrocedió hasta un 24% en el mismo período, y estalló la peor hiperinflación de la historia argentina: los precios minoristas se dispararon 17% en marzo de 1989, 33,4% en abril, 78% en mayo, 114% en junio y hasta un 197% en julio, mientras que la inflación interanual superó el 5.000% para fin de año.
Fuente: La Derecha Diario (reproducido en antiprogre.com)