Reunión secreta en la suite 412
Hay dos maneras de hacer turismo en Bruselas. Una de ellas es bajar al metro para ver a los pordioseros pidiendo una limosna para comer, enfundados en mantas y ropa de abrigo. Los niños de algunas familias gitanas corren por los andenes y pasillos extendiendo la mano a ver si cae algo encima. El espectáculo se puede ampliar en la Estación Sur, donde los toxicómanos se refugian de la nieve y el viento, tumbados junto a los comercios.
Los eurodiputados no ven nada de eso porque viajan en taxi, alquilan costosas viviendas y tienen suites en los hoteles de lujo, como el Steigenberger Wiltcher’s, donde se preparan algunas reuniones parlamentarias de manera discreta, pero con cava, caviar y otros aperitivos. Es el acompañamiento perfecto para charlar sobre los derechos humanos en el mundo. En la jerga parlamentaria de Bruselas lo abrevian en francés como “droi”.
El 9 de octubre del año pasado, a las 14:48 horas, se celebró una de aquellas reuniones en el hotel Steigenberger Wiltcher’s. Lo ha contado el diario alemán Der Spiegel (*). Delante de la puerta de entrada pararon tres Mercedes de alta gama de la embajada qatarí. Uno de los primeros en bajar fue Ali Bin Samij Al Marri, que encabezó el comité de derechos humanos de su país y luego fue Ministro de Trabajo. Otros cinco le siguieron cargados con maletas, camino a la suite 412.
Panzeri y sus secuaces del Parlamento europeo los llamaban “nuestro chicos”.
Al día siguiente, a las 17:50 horas, llegaron Panzeri y Giorgi, que empujaba un cochecito de bebé en el que trasladaba su hija y la de Kaili, la vicepresidenta del Parlamento europeo.
Ocho minutos más tarde se les unió un hombre al que Giorgi conocía, seguido de otro más. Subieron todos juntos a la suite 412 para preparar la inminente reunión del comité de derechos humanos del Parlamento europeo, en la que Marri debía tomar la palabra.
La reunión finalizó a las 19:21 horas y al salir del hotel la maleta de Panzeri abultaba bastante más que al entrar.
El 11 de noviembre Panzeri y Giorgi volvieron a reunirse en el piso de Panzeri, donde el servicio secreto belga había instalado micrófonos. Panzeri había preparado por escrito un discurso para Marri. Se lo leyó y y Giorgi lo tradujo al inglés. Hablaba de los avances de Qatar en la reforma de la legislación laboral.
Panzeri también había preparado respuestas al tipo de preguntas que le harían los eurodiputados. ¿Qué tiene que decir sobre el trato que dispensa Qatar a los miembros del colectivo LGTB? ¿cuál es la huella ecológica de los estadios de fútbol que están construyendo?
La comisión parlamentaria se reunió de manera solemne tres días después. Faltaba muy poco para el comienzo del Mundial de fútbol, por lo que contó con mucha expectación. La sesión, dirigida por la presidenta, María Arena, se retransmitió en directo por internet. Arena es una fiel sirvienta de Panzeri. Entre mediados de diciembre de 2021 y mediados de septiembre de 2022 hablaron por teléfono en 389 ocasiones. O sea, todos los días.
Tal y como había escrito Panzeri previamente, en su discurso Marri felicitó a su país por las avanzadas reformas laborales que había introducido en la legislación.
Sin embargo, Panzeri no quería dejar nada al azar. A las 16:55 horas llamó a Giorgi, que estaba sentado en la última fila. Le preguntó si había llegado el “polluelo”. Se refería a la eurodiputada italiana Alessandra Moretti.
“Sí, ha llegado”, le responde Giorgi por el móvil en voz baja. A su vez le pregunta a Panzeri si Marc Tarabella, otro diputado de la red corrupta, también debía pedir la palabra.
“Sí”, le responde Panzeri. “Tarabella también tiene que hablar”.
La diputada Moretti toma la palabra para poner en marcha el ventilador: también hay accidentes de trabajo en Italia. ¿Por qué prestar atención sólo a los que hay en Qatar?
La red corrupta tiene copada la reunión. Luego habla Tarabella, que sigue el mismo guión: esperemos que cuando se celebre la próxima Copa del Mundo en Estados Unidos y México todos muestren un interés similar por los derechos humanos. ¿Por qué preocuparse sólo por Qatar?
A las 17:03 Arena le concede a Tarabella la última palabra, que sigue el guión preparado pr Panzeri: Qatar ha avanzado con las reformas laborales…
Así terminó el interrogatorio de Marri. A las 18.41 horas Arena dio por concluida la sesión. La situación laboral en Qatar no era tan mala como la pintaban y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra…
Tarabella llamó a Panzeri por teléfono 40 minutos después de cerrarse la sesión y recibió los elogios que merecía. Marri estaba satisfecho. Ya sólo quedaba esperar la generosidad de un país que nada en un océano de hidrocarburos.
En Bruselas todos los caminos de la corrupción que se han destapado recientemente conducen a la comisión de derechos humanos. A cambio de dinero, la luz de los más horrendos crímenes se enciende o se apaga. Para lavar el rostro más sucio, no hay mejor aval en el mundo que un buen informe de los eurodiputados sobre los derechos humanos. Al final todo depende de tipos como los antiguos presidentes de “droi”: Panzeri y Arena.
Con la Copa del Mundo en marcha, Arena dijo a los eurodiputados que la culpa de los incumplimientos en materia de derechos humanos de Qatar recaía en las empresas europeas. “Nuestras empresas no siempre han cumplido los requisitos mínimos de la legislación qatarí”, destacó Arena.
En el marco de la investigación, la policía registró el despacho de Mychelle Rieu, una alta funcionaria de “droi”. Pero, en realidad, en Bruselas nadie sabe lo que hacer con la comisión de derechos humanos del Parlamento europeo. Si tiran de la manta, van a acabar casi todos en la cárcel, que es el mejor lugar para defender los derechos humanos.
El Partido Popular Europeo ha pedido que se paralicen los trabajos de la comisión mientras se lleva a cabo la investigación. “Todos los hechos y las personas implicadas giran en torno a la Comisión de Derechos Humanos (“droi”) y algunos de los eurodiputados y asesores que participan activamente en ella”, declaró Manfred Weber, presidente del grupo parlamentario.