Un detenido se fuga y el agente que lo custodia es suspendido siete días
El detenido se fugó en el cuartel de Ugíjar tras pedir que le quitaran los grilletes para ir al baño y fumarse un cigarrillo.
Ocurrió la madrugada del 30 de julio de 2016 en la Alpujarra granadina. Una pareja de Agentes de Murtas que realizaba el servicio de patrulla de seguridad ciudadana se desplazó al puesto de la Guardia Civil de Ugíjar para hacerse cargo de un detenido. El individuo se encontraba en el cuartel como presunto autor de un delito de quebrantamiento de una orden de alejamiento y, aprovechando que le habían quitado las esposas para ir al baño y fumarse un cigarrillo, se fugó. Su huida le ha supuesto una sanción al Agente encargado de su custodia por una «falta grave», según publica el portal de noticias “Policía Diario”.
El castigo impuesto a este Guardia Civil, consistente en «siete días de pérdida de haberes con suspensión de funciones», ha sido confirmado por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (TS). El alto tribunal cree que cometió una falta grave consistente en «la negligencia grave en el cumplimiento de las órdenes recibidas» y ha rechazado el recurso que el Agente había interpuesto.
Vídeo de ejemplo que nos demuestra que siempre debemos estar alerta:
El detenido huyó antes de la una de la madrugada del referido puesto de Ugíjar. Había sido trasladado allí para la instrucción de las correspondientes diligencias y la confección del oportuno atestado. El agente sancionado y su compañero recibieron el traspaso de la custodia del individuo en la sala de espera del acuartelamiento.
En un momento dado, el jefe de la pareja de agentes tuvo que ausentarse para acudir al cuartel de Bérchules, pues tenía que trasladar hasta ese otro municipio alpujarreño a unos miembros del cuerpo cuyo vehículo se había averiado. El detenido se quedó entonces «sin engrilletar» y únicamente a cargo del otro guardia civil. Eso fue sobre las 00.15 horas.
Según recoge la sentencia dictada este año por el Supremo y consultada por IDEAL, alrededor de la una de la madrugada, el guardia que se había quedado en el cuartel preguntó al brigada por el detenido que tenía bajo su custodia «porque no lo encontraba». Había perdido el contacto visual con él.
En ese momento, comprobaron a través del visionado de las cámaras de vigilancia perimetral de las instalaciones «que se había fugado del edificio atravesando varias dependencias, cruzando el patio y saltando la valla trasera».
En sus conclusiones, el TS señala que la conducta del guardia civil expedientado «no puede por menos que valorarse como negligente en el desempeño de la obligación asignada de custodiar a la persona detenida». Junto a ello, además de censurar que no cumpliera con su deber de vigilar a aquel hombre de forma permanente al dejarlo sin grilletes en la sala de espera, le reprocha que no reparase «en el riesgo que su fuga podría ocasionar para la denunciante».